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Vuelve lo retro, lo vintage. El estilo que nos recuerda a las décadas pasadas regresa con fuerza a la decoración del hogar, sobre todo en dos lugares clave de nuestra casa: el salón y la habitación.
Hablamos de una decoración muy tradicional en el que los tonos de las paredes presentan un color neutro, el clásico blanco, el café, el beige, el negro o el gris son los predominantes. Podemos encontrar estos tonos combinados entre sí tanto en las propias paredes como en las telas o hasta en muebles.
Cocina retro en colores pastel. Fuente: Internet |
En nuestro salón no puede faltar una buena alfombra, siempre que sea de fibra gruesa, pero sin que destaquen en exceso ni sean demasiado llamativas. Con las cortinas ocurre lo mismo, deben de ser de un material ligero y discretas para que no rompan con la armonía del conjunto.
En cuanto a las paredes de tonos neutros, no olvides colocar retratos y cuadros, preferentemente de paisajes, como aquellos que tenían nuestros abuelos en sus casas. De esta forma volverán a nuestra memoria aquellos recuerdos de la niñez.
Decoración retro. Fuente: Internet |
Los muebles y sofás mantendrán la ambientación si los escogemos de materiales clásicos como la madera robusta. En los asientos primará la comodidad, de estilo sobrio y con un tapizado aterciopelado o de cuero.
Si mantenemos una continuidad en toda la decoración, lograremos que tanto nosotros como nuestros visitantes regresen a aquellos añorados tiempos nada más poner un pie en nuestra casa.